Alfredo Loera

COLUMNA

Por Alfredo Loera

Columna

Enrique Dussel: filosofía de la liberación

¿La filosofía de Europa verdaderamente es universal? Más aún, ¿es posible hacer filosofía en países subdesarrollados? ¿Es posible filosofar auténticamente en una cultura dependiente y dominada como la latinoamericana? ¿Es posible una filosofía latinoamericana?

Introducción

Enrique Dussel nació en Argentina, en la Departamento de La Paz, Provincia de Mendoza, en 1934. Precursor de la Filosofía de la liberación, ha sido perseguido por sus ideas no ortodoxas respecto a la Historia y el orden mundial. En 1973 el régimen argentino le puso una bomba en su casa de Mendoza para intentar silenciarlo. Desde entonces radica en la Ciudad de México, donde ha escrito la mayoría de su obra, la cual incluye más de cincuenta volúmenes donde busca hacer una nueva epistemología para comprender la debacle de la modernidad y las desigualdades sociales cada vez más acentuadas en la nueva era del capitalismo. Su punto de partida es la descolonización del pensamiento periférico.

La pregunta por una filosofía latinoamericana ha estado presente desde la época independentista del siglo XIX. Enrique Dussel no es el primero que lo cuestiona; sin embargo, parece ser que es el primero que puede dar una respuesta afirmativa.

El giro descolonizador y la deconstrucción de la Historia Universal

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Europa antes de 1492 no era el centro cultural ni comercial del mundo, nos dice en su primer libro en el exilio Filosofía de la liberación (1975), sino que lo era China y el Medio Oriente, lugar donde se hacían las grandes transacciones y los avances científicos de la época. Europa en los siglos XV y XVI era periferia y estaba atrasada culturalmente; precisamente esa circunstancia fue la que la llevó por mera sobrevivencia y desesperación a hacer los viajes de descubrimiento, para buscar un desahogo de la dominación árabe. Sólo con la conquista de las riquezas del nuevo continente con base en políticas esclavistas, Europa pudo acumular el capital que hasta este momento posee, hecho que le permitió sentarse a hacer filosofía y ciencia, así como a financiar la conquista de otros territorios (África e India). De esta manera especialmente bajo el influjo de Friedrich Hegel (1770 – 1831) en el siglo XVIII se inventó a sí misma: toda la Historia de todos los pueblos tenían un fin último: el de Occidente como culmen de la evolución humana. La idea arraigó al extremo de que incluso se ha llegado a considerar que el clima europeo está un grado más evolucionado que el de los otros continentes. La idea de que Occidente es el pináculo de la humanidad ha sido la que ha dominado desde entonces casi por completo en la Academia y es lo que se enseña en las universidades.

Según Dussel ese es el origen del pensamiento colonizado. Para un alemán o francés esto no implica ningún problema, por el contrario lo pone en el centro de la existencia, todos los recursos del mundo se considera que primero son para él, pero ¿qué es lo que pasa con un latinoamericano, un asiático o un africano? Muy simple, nos dice Dussel, estas personas no existen dentro de la Historia, lo cual es de una gravedad significativa para la valorización de los derechos humanos en los diferentes puntos del planeta. Eso lo podemos ver por ejemplo cuando hay atentados terroristas en Francia y en Kenia, los focos y las lamentaciones tienen mucha resonancia cuando se implica a Europa (incluido Estados Unidos), pero casi se silencian cuando la tragedia ocurre en otras regiones.

La Exterioridad y el sistema

Para Dussel el problema tiene su origen en la filosofía moderna, cuando René Descartes (1596 – 1650) subjetivó la realidad con su famosa frase “pienso, luego existo”. Según el argentino esta frase tiene su sustento en una Europa excesivamente egocéntrica a causa de la Conquista de América. Es la consecución del “conquisto, luego existo”. Dicho camino en conjunto con el capitalismo desembocó en el racionalismo, hecho que a su vez canceló desde el eurocentrismo a todo el pensamiento periférico al considerarlo supersticioso (Oriente, África y la América precolombina). En el siglo XX el alemán Martín Heidegger (1889-1976) le dio un giro a la filosofía moderna para instaurar el Ser en el mundo. No obstante, según la Filosofía de la liberación, el único mundo que se tomaba en cuenta era el europeo e incluso solamente el alemán, lo cual justificó entre otras cosas el nazismo. Recuérdese que uno de los principios filosóficos de Heidegger es la vida auténtica del Ser para la muerte. Lo cual en muchos aspectos permite denunciar los procesos decadentes de la modernidad, como lo es el nihilismo y la actitud banal ante la vida. Heidegger también es un crítico de ésta y por eso se le considera el filósofo más importante del siglo pasado, pero el error, y una de las razones por las que no pudo ver las aberraciones del nazismo, se dio porque esa vida autentica sólo se validaba desde el mundo eurocéntrico; la banalidad, el nihilismo y la palabrería (por ejemplo la mercadotecnia), tan repudiada por Heidegger, también incluía a todo lo periférico, todo lo que no fuera auténticamente occidental, de ahí la justificación del nazismo para exterminar o explotar lo que no tuviera esta etiqueta.

Dussel basa su concepto de Exterioridad en el filósofo judío Emmanuel Levinas (1906-1995), el cual pone en el mapa filosófico, junto al Ser en el mundo al Otro. El hombre está arrojado al mundo, pero cada individuo es un mundo y la dificultad de la existencia estriba no solamente en que el hombre está arrojado a la realidad sino que está arrojado con otros hombres con diferentes horizontes existenciales. La idea está muy emparentada con la frase “el infierno es el otro” de Jean Paul Sartre, de quien Dussel saca del mismo modo algunas ideas. Esa consciencia de lo otro es la Exterioridad: lo que está fuera del Ser en el mundo, pero que en sí mismo es Otro-Ser en el mundo. Levinas escribió El tiempo y el otro, como un complemento de El ser y el tiempo (del alemán miembro del partido Nazi), donde intenta cubrir el vacío de la filosofía heideggeriana, al integrar al Ser en el mundo europeo al Otro europeo, es decir al judío. Lo hace por medio de la tradición semita, en la que el profeta (por ejemplo Isaías) sistemáticamente se coloca en el lugar del oprimido para criticar al sistema. Sin embargo, Dussel afirma que Levinas todavía es eurocéntrico y no incluye en su discurso a la periferia (al oprimido) del sistema moderno (capitalista), es decir al latinoamericano, al africano y al asiático. Solamente integra al discurso a los judíos. Por lo consiguiente los demás siguen cancelados, no existen.

La Exterioridad de la Filosofía de la liberación integra a todos los pueblos periféricos como partes del Ser en el mundo y pugna porque cada uno de ellos pueda alcanzar la vida auténtica; es decir que en la libertad cada uno de ellos tiene la posibilidad de lograr la verdad. Encuentra su método en la tradición semita, en la cual, como ya se dijo, el profeta (filósofo) habla desde los marginados para hacer la crítica, y es ahí donde se justifica una filosofía verdaderamente latinoamericana. El problema que impide la realización de este método en Latinoamérica está en la Fetichización de los valores eurocéntricos que no tienen vigencia en los territorios dominados por los países capitalistas. En pocas palabras, la limitante existencial no está supeditada solamente a una cuestión abstracta metafísica sino a una cuestión política de explotación. La negación del otro no eurocéntrico que el capitalismo propicia es la principal causa por la que Occidente está en decadencia. La Filosofía de la liberación plantea que la modernidad ya no da soluciones viables a los problemas mundiales, como por ejemplo la debacle ecológica evidenciada en el calentamiento global, generada por los métodos de producción capitalistas. El encierro del racionalismo europeo (su filosofía y su hegemonía mundial en las instituciones económicas y académicas) parece ser precisamente el origen de la catástrofe.

Alfredo Loera

Alfredo Loera

Alfredo Loera (Torreón, 1983) es Maestro en Literatura Mexicana por la Universidad Veracruzana. Inició sus estudios de literatura en la Escuela de Escritores de La Laguna. De 2009 a 2011 fue becario de la Fundación para las Letras Mexicanas. Publicaciones suyas han aparecido en revistas como Casa del tiempo, Círculo de poesía, Fundación, Pliego 16, Ad Libitum, Este país, Siglo Nuevo. Sus libros son Aquella luz púrpura, (2010, 2017, 2023); Wish you were here, (2019, 2023); Guerra de intervención (2022), disponibles en Amazon como ebook o libro impreso.