PERSONAJES:
MAY
MEN
I.
MEN está sentado en cuclillas temblando de frío. MAY se le acerca cuidadosamente. Trae consigo una charola con comida y un par de bebidas.
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MAY: Buenas noches, señor.
MEN: ¡Píntale al chosto, güey!
MAY: No es mi intención molestarlo…
MEN: ¡A la verga, lárgate!
MAY: Escuche… Mi comunidad y yo estamos repartiendo alimento entre los más necesitados…
MEN: ¿Me estás viendo la cara de jodido?
MAY: De ninguna manera. Le ofrezco disculpas si lo ofendí.
MEN: Mira, puto. Mejor cáele. A chingar a tu madre. Órale. Te doy tres… Uno… Dos…
MAY: Tengo burritos de chicharrón.
MEN: Ah… Ok… ¿De pella o de prensado?
MAY: De los dos.
MEN: Ah… Ok… ¿Y qué?, ¿cómo está el pedo o qué onda?
MAY: Se los estoy ofreciendo de buena fe.
MEN: Ah… Ok… Quiero uno de cada uno.
MAY: Aquí tiene. También traigo agua de jamaica y café… ¿Qué se le antoja?
MEN: No, pus el café. La jamaica es de putos.
MAY: Aquí tiene. Espere… ¿Le molestaría si hacemos una oración para bendecir los alimentos?
MEN: La neta, sí… Tengo un chingo de hambre…
MAY: Bueno… Usted coma y yo hago la oración…
MEN: Pero calladito. Me caga que me hablen cuando estoy comiendo.
MAY: Me voy a sentar con usted para hacerle compañía. Nadie debe comer estando solo, ¿no lo cree?
MEN: Ya te dije que no me hablaras.
MAY: Perdón… Oraré en silencio.
MEN: …
MAY: …
MEN: No me lo vas a creer, May, pero ahorita que le di la mordida al burrito, como que tu cara se me hizo conocida.
MAY: Qué chistoso.
MEN: ¿Chistoso qué, puto?
MAY: Tranquilo, tranquilo… Me parece chistoso que me dijera May. Nadie me dice así desde hace muchos años.
MEN: Hazte un poco más para la luz… Chinga, chinga, chinga… A ver… Puro Casimuerto…
MAY: Rifa, controla, domina, mata, exhorta, entierra…
MEN: Embaraza pero no se casa.
MAY: ¡Ah, simón! ¿Eres tú, Men?
MEN: ¡Eres el pinche tú! ¡No me la pinches mames!
MAY: ¡Cristo vive!
MEN: ¡Cállate el pinche hocico!
MAY: Es que estoy muy contento…
MEN: Sí, sí, sí… Me vale madre… Te hacía muerto, puto…
MAY: No, mira, aquí estoy.
MEN: ¿Por qué no estás muerto, May?
MAY: Vivo de puro milagro.
MEN: No me digas…
MAY: Pero, cuéntame qué ha sido de tu vida.
MEN: También estoy viviendo de milagro, May. Pero no por mi pinche gusto. Ya iba yo a matarme a la pinche verga, pero me metieron al bote. Acuérdate, güey.
MAY: No. No me acuerdo… Después me cuentas eso… Déjame alabar a Jesús por que me reconociste en la fracción del pan.
MEN: Chinga, chinga, chinga… ¡Son burritos, güey!
MAY: Estoy hablando de un fragmento de la biblia.
MEN: ¿Biblia? Chinga… Este no eres tú, perro.
MAY: El poder de Jesús transforma… Termina de cenar, Men, y después te platico de Jesús si me acompañas al templo.
MEN: Nel, ni madres. Yo pura virgencita y santa muerte.
MAY: En realidad te ofrezco un lugar donde pasar la noche.
MEN: ¿Me sigues viendo la cara de jodido?
MAY: Si no estás así, entonces ¿qué haces en la calle?
MEN: La mera neta, sí ando buscando un lugar donde dormir.
MAY: Ahí está el templo, ¿no te digo? Hay camas con sábanas y almohadas. Agua caliente para que te bañes.
MEN: May, ¿qué vergas pasa con el barrio? Ya no me quedan conocidos.
MAY: En el templo podrás hacer muchos amigos.
MEN: ¿Todos son igual de mecos que tú?
MAY: Por favor, Men. Ten un poco de respeto. Jesús es el mejor amigo que puedes tener.
MEN: ¡Nah! Qué mamadas… Ya nadie te ofrece un taco.
MAY: En el templo preparamos deliciosos burritos y huevitos rancheros por la mañana…
MEN: Güey, fui a mi casa, y quién sabe quién chingados está viviendo ahí.
MAY: Ah, es cierto. ¿Qué será? A lo mejor hace dos o tres años que la invadieron. Sí me di cuenta de eso.
MEN: Que no mamen. ¿Qué chingaderas son esas? Vengo llegando y así me recibe el barrio.
MAY: No te preocupes. Afortunadamente nos hemos encontrado. Es la oportunidad perfecta para ayudarte. No te pongas difícil. Ayúdame a ayudarte, ¿eh? Conoce a Jesús, acéptalo, síguelo.
MEN: No. Vete a la verga.
MAY: Habla con Jesús, pídele que te dé un corazón nuevo…
MEN: A ver, güey… ¿Por qué un perro maldito como tú habla así? ¿Con qué pinche cara?
MAY: Entiendo… Tienes razón… Yo no era un buen cristiano pero, gracias a Jesús, tengo otra vida…
MEN: Otra vida, otra vida… Qué mamadas… May… ¿por qué un perro maldito como tú sigue vivo?
MAY: La respuesta la encontrarás en las enseñanzas de Jesús…
MEN: Si vas a salir con esas mamadas, mejor nos vemos luego.
MAY: ¿Adónde vas?
MEN: A cualquier puto lugar donde no me hablen así. ¡Sale!
MAY: ¿Dónde vas a dormir?
MEN: Pus yo creo que afuera de mi casa. No sé.
MAY: Mira… Hazme caso… Quédate conmigo en el templo. Mañana será otro día.
MEN: ¿Por qué no mejor vamos a tu casa?
MAY: El templo es mi nueva casa.
MEN: Tu nueva casa… Me lleva la chingada… Ok. Pues… vamos.
II
MAY y MEN tiran esquina. MAY lee la biblia. MEN tararea una canción de rap.
MEN: Estoy aburrido, May. ¿Qué hacemos?
MAY: ¿No quieres que te preste la biblia?
MEN: ¿Se le puede poner piedra?
MAY: No seas irrespetuoso, Men.
MEN: Es show.
MAY: ¿Sabías que Fermín IV hace rap cristiano?
MEN: No seas güey, May. Puro G Lokos. La G en el mapa. Gente por vida demente.
MAY: Ya, ya, ya… Déjalo así.
MEN: Oye… ¿y luego de qué chingados estábamos hablando?
MAY: Deja que Dios escriba tu historia. Isaías 66:18.
MEN: Eso no, pendejo. Era otra cosa.
MAY: Ah… Pues tengo un año de ser cristiano.
MEN: ¿Un año de cristian dior?
MAY: ¡Eh, Men, tranquilo!
MEN: ¿Y que antes eras testículo?
MAY: ¡Testigo! ¡Testigo de Jehová! Dos años.
MEN: ¡Como mamas! Al rato te vas a hacer mormón…
MAY: …
MEN: ¡Ah, sí lo has pensado, perro!
MAY: Los caminos del señor son misteriosos.
MEN: ¿Y cuándo vuelves a ser católico?
MAY: No tomas nada en serio… ¿Quieres que te lea un salmo?
MEN: No. Vete a la verga… Mejor préstame doscientos pesos.
MAY: ¿Para qué los quieres?
MEN: Pa’ comprarme una chiquita.
MAY: Estás loco, Men. Si apenas alcanzo para mis gastos, ¿a poco crees que te voy a dar para tus vicios?
MEN: ¿De dónde te mantienes, May?
MAY: La comunidad me apoya para esparcir la palabra.
MEN: Con razón ya no eres testículo… Esos no dan ni madres…
MAY: ¡Ya estuvo, Men! Ahí que muera.
MEN: Okay… Ahí muere… Pos total que me cogí a la Rebel…
MAY: Eso no me importa… Estábamos hablando de nuestras vidas…
MEN: Es que en vida me cogí a la Rebel. No te creas, puto… Nomás me la marranié…
MAY: Ya, basta.
MEN: Bueno… Me dieron ocho años por delitos contra la salud.
MAY: ¿Y en todo ese tiempo no encontraste a Jesús?
MEN: No seas mamón… ¿A qué horas lo iba a buscar? ¡Anduve más de cabrón! Me junté con pura gente pesada, de a deveras. Les caí suave. Hasta eso…
MAY: ¿Cómo fue que te dejaron salir?
MEN: Por buena conducta…
MAY: Ja, ja, ja.
MEN: No te rías, May. Es en serio.
MAY: Perdón, perdón. Pero no te creo.
MEN: Me vale verga, de todos modos. El pedo es que salí sin un puto peso, con la misma ropa que me encerraron. Y ahí vengo sufriéndola desde Juárez hasta acá, de aventón, caminando, chingo de hambre, sueño, frío.
MAY: Como en la parábola del hijo pródigo. ¿La leemos?
MEN: ¡Sácate a la verga! A mí esas chingaderas no me pasan.
MAY: Ya te dije que no les dijeras así.
MEN: …
MAY: …
MEN: ¡Eh, May! Al chile, ¿te habías olvidado de mí?
MAY: Son ocho años, Men. ¿Qué esperabas?
MEN: Que nunca te olvidaras de mí, perro.
MAY: He estado muy ocupado en los asuntos de la comunidad.
MEN: Te hiciste pendejo, May. Ahora me queda claro…
MAY: Por favor…
MEN: ¡May! ¡Saca la pinche cara de la biblia!… ¿Por qué vergas sigues vivo?
MAY: …
MEN: A ver, perro… El Coyote… ¿cómo se fue?
MAY: Se dio un balazo en la cabeza.
MEN: ¿Y el Chupacabras?
MAY: Se tragó toda una botella de pastillas.
MEN: ¿Y qué le pasó al Changuito?
MAY: Se ahorcó con su cinto en su casa.
MEN: De esos tres, ¿quiénes culearon?
MAY: Nadie.
MEN: ¡Ahí está, puto! ¡Pa’ que veas, perro! Pinches Casimuertos no somos valevergas.
MAY: Pues, no. No lo somos.
MEN: ¡Tú sí, perro! ¡Tú sí vales pura verga!
MAY: …
MEN: ¿En qué habíamos quedado?
MAY: …
MEN: Acuérdese, puto.
MAY: Nos íbamos a ir en orden, así como dijiste.
MEN: ¿Quién seguía después del Changuito?
MAY: Yo…
MEN: ¡Y al último yo! ¡Al último yo, ahogado en el pinche canal de sacramento! ¡Pero tú no te mataste! ¡Aquí estás!
MAY: …
MEN: ¿Qué mamadas son esas?
MAY: Es que no estás agarrando la onda.
MEN: ¡Tírese de la pinche torre Eiffel! En eso habíamos quedado, ¿no? ¡Tírese a la verga!
MAY: A ver, espérate… No habíamos quedado en eso.
MEN: ¿Cómo chingados que no?
MAY: Ni te acuerdas de cómo estuvo la onda.
MEN: Sí me acuerdo, May. Estábamos en mi casa, nos pusimos bien locotes, dijimos que a la verga la vida…
MAY: ¡Ahí está, Men! ¡Ni sabes! Te lo voy a decir, para que sepas. Escribimos los nombres en una camisa, como si fuera un contrato.
MEN: ¡Ahí está, perro! ¡Sí me acuerdo!
MAY: ¡Nombre! No te acuerdas de nada. Ya estabas bien pasado, todo mongolo y menso. A ver… ¿Dónde quedó la camisa? ¡En ningún lugar! ¿Te acuerdas? La quemamos después del pacto para que no la encontrara nadie, ni los polis ni nuestras jefas… Ahí está… A mí nada me obliga.
MEN: Un pacto es un pacto, y se acabó.
MAY: Deja de pensar en eso, Men.
MEN: Si no soy un pinche culo como tú.
MAY: No eres como yo… Deberías ser como yo… A ver si es cierto que muy hombre… ¿Sabes lo que cuesta salir de una vida de vicio? Yo renuncié a esa vida, Men. No, Men. Que me perdonen los otros Casimuertos, pero no los puedo seguir. El suicidio es pecado. A lo mejor no lo entiendes, pero para mí la vida es Cristo.
MEN: May. Chingas a tu madre. Chin-gas-a-tu-ma-dre.
III
MEN da la espalda al público. A su lado tiene un garrafón de gasolina y un trozo de manguera. Entra MAY. Se le nota sumamente triste.
MAY: ¿Dónde te metes, Men? Te ando buscando desde hace rato.
MEN: Andaba haciendo unas ondas… Y no quería verte, culo.
MAY: ¿Qué haces afuera de tu casa?
MEN: Esa ya no es mi casa, May.
MAY: Es un decir…
MEN: ¿Conoces a los que viven ahí?
MAY: Un poco. Casi nada. No sé.
MEN: ¿Los conoces o no, perro?
MAY: Sí los conozco.
MEN: ¿Cuántos son pa’ no contarlos?
MAY: Está la mamá. Está el papá. Dos hijos. A uno le dicen El Poli, y al otro le dicen El Saporrana.
MEN: Pinches apodos gachos.
MAY: Los gachos son ellos, Men. Los dos hijos ya andan de malandros.
MEN: ¿Ah, chinga, sí?
MAY: Los traen en motos, dando vueltas por la colonia, de halconcillos.
MEN: Mira, qué cabrones.
MAY: Eso es lo de menos, Men. Los papás son de los que debes cuidarte.
MEN: ¿Por qué?
MAY: Se ve que son muy agresivos.
MEN: Me pinches pelan a la verga. Hoy topan con pared, los putos. Esas mamadas aquí no.
MAY: Eso fue lo que les dije, Men. No con esas palabras.
MEN: ¿Entonces, como, puto?
MAY: Intenté ser amable pero severo. De pura casualidad pasé por aquí cuando estaban metiendo los muebles. Les dije que esa casa no estaba abandonada. Les pedí, de favor, que no se metieran. ¿Sabes qué me hicieron, Men? La señora me insultó desde la puerta, el señor se me acercó y me empujó, los dos muchachillos me tiraron piedras. Salí corriendo de aquí.
MEN: ¡Qué culeritos!
MAY: No tienen temor de Dios.
MEN: Ya va siendo hora de que lo tengan… Están apagando las luces.
MAY: Ya es hora de dormir.
MEN: En esa casa no se dormía, May. ¿Te acuerdas?
MAY: Fue hace muchos años.
MEN: Nomás veinte… o más…
MAY: Mejor no te acuerdes.
MEN: Pinches loquerones que nos poníamos.
MAY: ¡Ah, simón! No se sentían las borracheras.
MEN: Ni los chingadazos que me ponía mi jefa.
MAY: Yo no sentía frío, ni hambre, ni sueño.
MEN: Nadie, ni tú ni yo, ni los demás.
MAY: Que en paz descansen.
MEN: ¡No seas mamón! ¿Tú crees que esos cabrones van a descansar en paz?
MAY: Yo voy a rezar porque así sea. Eran mis brothers, mi raza, mi sangre.
MEN: Puro Casimuerto.
MAY: Rifan, controlan, dominan, matan, exhortan, entierran…
MEN: Embarazan pero no se casan.
MAY: No bajes bandera, Men.
MEN: ¿Te acuerdas, May? Aquí nos juntábamos.
MAY: En tu cuarto tendíamos las líneas.
MEN: ¿Te acuerdas de la primera vez que mi jefa nos cachó?
MAY: Esa vez estábamos en la sala viendo pornografía, y tomando cerveza, y prendiendo piedra. Tu mamá llegó de madrugada, abrió la puerta sin que nos diéramos cuenta. Yo pensé que nos iba a castigar.
MEN: Pero ni nos dijo nada… Se fue derechito a dormir… Como si viviera sola…
MAY: A lo mejor tenía sueño.
MEN: ¿Todas las noches, May? Cuando me asomaba a su cuarto para revisarla, el cuello lo traía arañado.
MAY: Andaba bailando en Las Palmas.
MEN: No nomás bailaba, May. Se le llevaban a coger.
MAY: Sí lo sabía, Men. ¿Cuántas veces no nos dijeron que andaba ahí?
MEN: ¡Ah! ¿Pero a cuántos cabrones no les metimos su chinga por andar de habladores?
MAY: A todo morrillo que abría el hocico.
MEN: Los dejábamos sin dientes, hinchados de los ojos, les sacábamos la sangre de la nariz, y entre todos los bañábamos a patadas. Éramos chingones.
MAY: Dios me perdone, de veras. Pero sí es cierto.
MEN: No seas cabrón y haz el paro…
MAY: ¿De qué se trata?
MEN: ¿Sabes cómo ordeñar gasolina? Yo siempre me la trago.
MAY: ¿Para qué quieres la gasolina?
MEN: Pa’ hacer una última maldad. Rociamos la casa para que se salgan esos putos.
MAY: …
MEN: ¿Vas a culear también en eso? Pinche cristianito de mierda.
MAY: Espérate tantito… Me mentaste la madre…
MEN: Ya, güey, perdón.
MAY: No se vale que me la recuerdes… pinche viejilla puta, quién sabe dónde vergas ande…
MEN: ¡Ah! ¿Ya volvimos a decir malas palabras?
MAY: Cállate la pinche boca. Men, mi jefa, pinche vieja… Mira mi brazo… Quemaduras de cigarro… ¿Te acuerdas? Putazo tras putazo, y no nomás de ella, también de los pendejos que llevaba a mi casa. Se largó con uno de ellos… Ni supe con quién.
MEN: Eso no lo sabía, May.
MAY: ¿Por qué vergas me la recuerdas, Men?
MEN: May, no sabía, al chile.
MAY: Si de eso ando huyendo… Y de veras, puto. No fue fácil. Por eso me metí a varios grupos de drogos, y a varias religiones, pa’ olvidar, puto. Nomás por eso. Sí, está bien, reconozco que soy culo, que por eso no me tiré de la torre. Pero también, perro, no se vale que me lo eches en cara. Agarra la onda.
MEN: Está bien, ahí muere.
MAY: Dime que no soy culo.
MEN: No eres culo, ¿ya?
MAY: Dime que soy buen amigo.
MEN: Ahí tengo mis dudas, May. Te estoy siendo sincero.
MAY: Tira esa pinche manguera a la verga. No la necesitas.
MEN: ¿Ah, no?
MAY: Traigo diez mil pesos. Me los robé del diezmo del culto.
MEN: ¿Esos güeyes sacan eso?
MAY: Hasta más.
MEN: Mira, qué culeros.
MAY: Tú dices, May. ¿Nos ponemos una loquera como antes? Aquí tengo con qué quererte, putito.
MEN: No… Pos… Sí… Deja escondo el garrafón y nos vamos…
MAY: No… Primero lo llenamos… Y rociamos toda la casa… Que se mueran todos esos perros… Que se muera con eso todo el puto dolor que nos causaron todos…
MEN: Está bien… Como quieras… Arre, pues…
MAY: Primero dime que soy buen amigo…
MEN: Eres la mera verga de los amigos.
MAY: Arre, pues.
MEN: ¿Y luego de hacer todo esto, qué procede?
MAY: Me cambio de religión… Yo creo que hasta de ciudad… ¿Qué tal está Juárez?
MEN: Está bien… Allá tengo otros amigos…
MAY: Pos nos iremos para allá… Bueno, yo sí me voy… Tú te puedes matar a la verga, si quieres… Cumple tu parte del pacto…
MEN: Este… No… Creo que mejor me voy contigo a Juárez…
MAY: Ya estás puto, pues… Así le hacemos y en eso quedamos…
Fin.