Columna

Estepa de apocalípsis (segunda parte)

Los autores incluidos

Es urgente elaborar una ética del curriculum vitae para determinar los axiomas que nos permitan incluir y omitir los estudios realizados, las obras publicadas y los datos biográficos en una ficha curricular.

Pienso que esta disciplina emergente le serviría sobre manera al editor de la revista Estepa del Nazas, por dos razones: la primera, porque lo obligaría a ser democrático e incluyente, y a tener un criterio uniforme.

Es que, de los 17 autores que fueron incluidos en el número 61 –el que apareció luego de tres años de silencio-, 3 no tienen ficha curricular. Me di cuenta porque estaba yo leyendo Me dueles suave patria, y quise conocer algo más de José Cháirez, autor del deficiente poema, para saber si era un novato o un poeta de mayor trayectoria. Pues no pude hacerlo. Tampoco pude saber si Ligia Macías y Pablo Astorga, eran africanos, aliens, naturales de Torreón, Gómez Palacio, o Lerdo.

En el mismo tema, el editor se vería obligado a decirle al escritor que no es necesario consignar todas las obras que ha publicado porque quita espacio a otros, como creo que sucedió con los tres anteriormente mencionados.

Por cierto, tengo la ligera sospecha de que el editor no es Saúl Rosales, aunque la revista lo ponga de manifiesto, sino alguien muy distraído. Si fuera Rosales, jamás habría olvidado incluir las fechas de sus tres últimos libros: Reseñas y señales de narrativa y poesías laguneras (2015), Jales sobre el habla lagunera (2014), y Teatro en la Laguna 1982-1992 (2013), en su propia ficha curricular. Seguir leyendo

Columna

Estepa de apocalipsis (primera parte)

Presentación de tres años

En el mes de abril del presente año apareció el número 61 de la revista literaria Estepa del Nazas. Esta vez no hubo fanfarrias, sino unas cuantas menciones, escuetas y muy parecidas entre sí, en los espacios culturales de algunos medios de comunicación.

De ahí en más, prácticamente nadie le ha puesto atención a la revista literaria. Por lo mismo, nadie se ha dado cuenta de que el número 61 ha sido publicado solamente tres años después del número 60. ¡Tres años!

En estos tres años hemos visto al primer presidente de color en los Estados Unidos de Norteamérica, un Papa latinoamericano, el triunfo en los Premios Oscar de Leonardo Di Caprio, pero un solo número de la Estepa del Nazas.

Así como usted, estimado lector, yo también estoy bien sacado de onda; quisiera estar viviendo una realidad alterna. Quisiera, sobre todo, decirles que estoy soñando… Pero no. Una sesuda investigación en internet me indica que realmente han pasado tres años entre el número 60 y el 61 de la revista literaria.

Mis investigaciones arrojan otros resultados: el dominio estepadelnazas.com ya no existe; la última entrada en revistaestepadelnazas.blogspot.mx fue realizada en el 2008; no tiene cuenta en Twitter; su página de Facebook (en la que sólo tiene 344 amigos) no registra movimiento alguno desde el 20 de enero del año en curso hasta el día en que escribo esta columna. Para colmo de males, en el sitio https://issuu.com/estepadelnazas, donde se pueden consultar todos los números anteriores, a la fecha todavía no se carga el 61, ¡y eso que ya pasaron dos meses desde su publicación en formato físico! Ya no quise deambular por las redes sociales de los autores incluidos en la Estepa para revisar si compartieron las notas de los medios de comunicación, porque eso ya sería acoso, “stalkeo”, y yo no soy tan obsesivo.
If you treat with the on line levitra, you will be able to put into practice immediately using your own car. When the doctor asks about your past especially focusing on sexual intercourse please not hesitate in disclosing the information about generic tadalafil tablets the error. If taken with nitrates, it reduces the buy cheap levitra http://opacc.cv/documentos/Calendario%20de%20formacoes%20-%20Mindelo.pdf patients’ blood pressure dramatically. Hair thinning is caused by a change buy tadalafil in canada in hormonal changes within the body.
Seguir leyendo

Columna

Hablemos de Jorge Luis Borges sin censura

I

Curiosamente a pesar de yo ser un hombre que empezó a leer tarde, una de mis primeras lecturas fue precisamente Jorge Luis Borges. Jamás me he considerado una persona intelectual, si alguien percibe algún tufillo en mí en ese sentido, quisiera comentar que eso tiene apenas dos o tres años. Por lo general he sido muy silvestre y eso, para los que me conocen, fue uno de los problemas que hizo que se me dificultara adaptarme al mundo literario de la Ciudad de México. Tiendo a ser bocón, desequilibrado, las formalidades me incomodan, me sudan las manos, etcétera. Podrá parecer que eso tiene poco que ver con lo que intento expresar en este escrito, pero considero que no es así, debido a que mi temperamento ha hecho que fácilmente le pierda el respeto a los grandes escritores, lo cual cuando estoy con colegas me mete en aprietos, porque por lo común los que están en el medio son muy sensibles a que se hable mal de ellos. Seguir leyendo

Columna

DE MONSTRUOS Y OTRAS MADRES

Nuevamente quiero destacar la propuesta escénica de Casa Aquelarre: tres salas para tres obras que pueden verse en orden aleatorio o lineal, donde se proponen dramas íntimos, mayormente a través de monólogos, y en recientes fechas con una preocupación temática.

Muestra de ello fue la producción del ciclo “Colores de infancia”, comentada ya por Luis Carlos García Lozano en esta revista; y la más reciente producción llamada “De mamis y otros monstruos” –que se presentó durante mayo y principios de junio de este año- compuesta por dos obras cortas de Brenda Vargas, Duerme, pequeño, duerme y Valor; y Los hijos de Esperanza, unipersonal –odio esta palabra- de Elí Montemayor de la compañía Amargo Teatro.

Primero las damas. Brenda Vargas –la autora de Soliloquios de mujeres locas-, escribe y dirige el monólogo Duerme, pequeño, duerme –actuado por Valentina Saldívar-, en la que una joven mujer platica con su bebé sobre las clásicas inquietudes e ilusiones de una madre primeriza. En Valor es una madre –Elena Reyes-, la que habla y habla con su hijo travesti –Iván Torres- sobre conflictos generacionales, frustraciones, incomodidades, reclamos, fastidios, todo aquello que una madre puede recriminar a un hijo. Seguir leyendo

Columna

NI QUE FUERAS TAN BUENO

Me gusta imaginar escenarios posibles que justifiquen mis artículos. En esta ocasión les presento el caso del artista criticado. Acompáñenme a ver esta historia.

Una noche, el artista cansado de ver pornografía en internet, teclea su nombre en google esperando tener suerte. Para su complacencia descubre que el mundo se fija en él. Hay diez o veinte noticias, treinta o cuarenta fotografías y dos o tres videos en youtube sobre su trabajo.

Pero… ¡Oh, sorpresa! Al abrir un link se le queman los ojos. Es que ha descubierto que un colega suyo, vecino de su ciudad, le ha dedicado una crítica con palabras como estás: ‹‹no es su mejor trabajo››, ‹‹creo que debería mejorar››.

Entonces, el artista se sube el calzón, se limpia las manos y escribe en sus redes sociales dando furiosos golpes en el teclado ‹‹¡Pos ni que fueras tan bueno como para criticarme, pendejo!››.

Obviamente estoy polarizando una situación. Pero también puedo trasladarla a un escenario más realista por medio de preguntas: ¿Cuán sensible es el artista ante la crítica?, ¿tiene derecho a defenderse de ella o debe asimilarla?, ¿cuán bueno tiene que ser el crítico para criticar? Seguir leyendo

Columna

Noches blancas

El viernes 13 de mayo de 2016 se presentó en Plan B Estudio Teatro una adaptación de Noches blancas del novelista ruso Fiodor Dostoievski (1821-1881), quien es considerado uno de los más importantes escritores de occidente. Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán, lo admiraba por considerarlo a través de sus novelas el más grande psicólogo de su tiempo. Sigmund Freud, el padre de la psicología moderna, en algún momento también mencionó la capacidad de este autor ruso para mostrar las contradicciones de las conductas humanas. Sus novelas y cuentos son en muchos aspectos una radiografía de la sociedad moderna y una base del posterior desarrollo literario mundial. Es considerado un clásico y por lo tanto sigue siendo tan novedoso como cuando fueron recién publicados sus libros. Entre muchas otras de sus obras destacan Memorias del subsuelo, Crimen y castigo, Los demonios y Los hermanos Karamázov. Seguir leyendo

Columna

Sobre la ignorancia

Si no estoy equivocado ni Montaigne ni Bacon tienen algún comentario respecto a la ignorancia. Es una lástima que así sea, debido a que en nuestros días nos hace mucha falta. Quizá precisamente ellos no tuvieron la necesidad de escribir nada al respecto, porque aunque en todas las épocas los hombres por lo general han sido ignorantes, al menos considero que en el tiempo en que ellos vivieron no había necesidad de que se los hicieran ver, porque existía como un pacto social o una prudencia en los hombres públicos, o en los que querían serlo, de saber que sus realidades y pequeñas mentes no serían capaces de abarcarlo todo. Es probable que la diferencia entre nuestro tiempo y el pasado respecto a la ignorancia no sea de grado, sino de conciencia; en este momento es muy difícil hacerle ver a alguien (sin que éste se ofenda) que lo que está haciendo o diciendo son puros disparates. Seguir leyendo

Columna

La charla «sexy»

El 14 de mayo a las 9:30 p.m. se nos dio cita en el bar Garcés para presenciar un experimento escénico. María Fernández Aragón junto a Alam Sarmiento organizaron este evento con la justificación de hablar de la próxima puesta en escena del clásico Casa de muñecas de Henrik Ibsen que se estrenará la siguiente semana en Plan B Estudio Teatro. Esa fue la justificación que se le dio al público; sin embargo, desde el principio quedó claro que la intención iba dirigida hacia otro punto, y cuando María Fernández comentó en la plática que nosotros éramos actores, se confirmó lo que ya parecía evidente. Seguir leyendo

Columna

¿Y QUÉ NOMBRE LE PONDREMOS?

Uno
Eso de ponerle nombre a un libro es una de las fases más interesantes de la literatura, ya que el autor invierte la misma energía creativa en intitular su obra que en hacerla, porque de ello dependerá el éxito de ventas.

La sociedad coincide en considerar exitosos libros como Cien años de soledad, Gringo viejo, Pedro Páramo, Como agua para chocolate, 20 poemas de amor y una canción desesperada, El romancero gitano, La insoportable levedad del ser, Harry Potter y la cámara secreta, El código Da Vinci, etc. Si lo pensamos un poco, está tan bien logrado el título que por sí mismo conocemos al autor.

A mí me fascinan los siguientes nombres: Los amores difíciles de Italo Calvino, Alexis o el tratado del inútil combate de Marguerite Yourcenar, Crónicas de pobres amantes de Vasco Pratolini, Muerte al filo de obsidiana de Eduardo Matos Moctezuma, Música para camaleones de Truman Capote.

Me atraen por cómo suenan. Aunque quisiera un día lograr algo parecido (por poco y digo que me da una envidia terrible), todavía no me atrevo a jugar con ellos para darle nombre a alguna de mis obras de teatro.

Sería ridículo hacer algo como Crónica de lindos errantes, Muerte al hilo de hebras, Partitura para lagartijas, La insoportable hilaridad del rey. Seguir leyendo

Columna

LOS LIBROS Y SUS PRECIOS

A los escritores nos fascina ver fotografías de otros escritores en su hábitat natural: bebiendo en las cantinas; abrazándose con otros grandes escritores; escribiendo a máquina; pero sobre todo, nos deleita verlos en su biblioteca. Un enorme cuarto con estantes de piso a techo, rebosantes de libros, que amenazan con venirse abajo por el peso, podría causarles orgasmos múltiples al escritor más frígido del mundo.

Los escritores compramos libros. Quisiera decir que nunca los robamos, pero estaría faltando a la verdad. Hay quienes desobedecen el séptimo mandamiento contra las bibliotecas públicas argumentando que “es que nadie lo va a leer”. Por otro lado, en demasiadas ocasiones cumplimos a cabalidad el adagio cuasi mosaico que dice “pendejo el que presta un libro, pero más pendejo quien lo devuelve”, que es lo mismo que robar.

¿Por qué los compramos o por qué los sustraemos? Porque son, además de la vida misma, la materia prima con la que trabajamos la creación. Un escritor debe acumular tantos libros como experiencias vitales, aunque ambas cosas le cuesten demasiado. Seguir leyendo