Columna

FITNESS CLUB O ¡QUÉ BIEN TE ESTÁ CAYENDO EL SPINNING!

Leer no es malo

Los días 15 y 23 de junio de este glorioso año –es glorioso porque se me da la gana decirlo-, tuvo lugar la lectura dramatizada de Fitness club, de mi compañero-amigo-hermano, Alfredo Loera, en el Teatro Nazas y en Casa Aquelarre, respectivamente.

En la lectura participaron More Barret, Cony Múzquiz, Elena Reyes, Teresa Muñoz y Ángel Talamantes (como el Instructor y lector de las acotaciones); con una buena asistencia del público en ambos recintos teatrales. Y eso que no hubo sangre, ni orines, ni nuevos planos conceptuales de la escena ligada a los problemas sociales que provocan el capitalismo voraz, sino actores leyendo, simple y llanamente, el primer texto dramático de mi compinche-wing man-camarada Alfredo Loera.

Quiero destacar el hecho de que, si bien una lectura dramatizada no es del todo un hecho escénico, permite contemplar varios aspectos todavía teatrales. Por ejemplo, se puede ver algo de dirección, cierto grado de interpretación y, lo que pareciera ser rarísimo, un actor leyendo.

A mí me gusta mucho cómo leen Cony Múzquiz, Elena Reyes y Teresa Muñoz, y no me desagradó para nada las participaciones de Ángel Talamantes y de More Barret. Es que leer no es malo, sino bueno, de veras, puede intentarse, no hay corriente estética que lo prohíba. En nuestra revista hay algunos artículos que hablan sobre la lectura. Los recomiendo. Seguir leyendo

Columna

DE MONSTRUOS Y OTRAS MADRES

Nuevamente quiero destacar la propuesta escénica de Casa Aquelarre: tres salas para tres obras que pueden verse en orden aleatorio o lineal, donde se proponen dramas íntimos, mayormente a través de monólogos, y en recientes fechas con una preocupación temática.

Muestra de ello fue la producción del ciclo “Colores de infancia”, comentada ya por Luis Carlos García Lozano en esta revista; y la más reciente producción llamada “De mamis y otros monstruos” –que se presentó durante mayo y principios de junio de este año- compuesta por dos obras cortas de Brenda Vargas, Duerme, pequeño, duerme y Valor; y Los hijos de Esperanza, unipersonal –odio esta palabra- de Elí Montemayor de la compañía Amargo Teatro.

Primero las damas. Brenda Vargas –la autora de Soliloquios de mujeres locas-, escribe y dirige el monólogo Duerme, pequeño, duerme –actuado por Valentina Saldívar-, en la que una joven mujer platica con su bebé sobre las clásicas inquietudes e ilusiones de una madre primeriza. En Valor es una madre –Elena Reyes-, la que habla y habla con su hijo travesti –Iván Torres- sobre conflictos generacionales, frustraciones, incomodidades, reclamos, fastidios, todo aquello que una madre puede recriminar a un hijo. Seguir leyendo

Columna

TRES MUJERES LOCAS

IMG_1188

Penúltimo día del FEL y quiero ahorrar más tiempo. Quiero decir que Casa Aquelarre es un lugar que propone nuevas formas de ver y sentir el teatro, para dejarlo por sentado en los subsecuentes comentarios que yo haga cuando me toque ver una obra allí.

Una vez dicho lo anterior, les cuento que por fin pude ver Soliloquios de mujeres locas de Brenda Vargas, dirigida por Iván Torres, por el Colectivo Imaginante Teatro.

En Casa Aquelarre las tres salas tienen que ser llenadas por voz y cuerpo. Cualquier otro elemento estaría de más, a menos que estuviera fríamente calculado y fuera esencial a la obra. Todo esto lo inferí a partir de los Soliloquios de mujeres locas. También inferí que los ‹‹unipersonales›› no tendrían cabida en esas salas. Quizá en el patio, en la cochera o en la calle. Seguir leyendo