Estos eran dos amigos que llegaron a una casa buscando a un tercero. Lo encuentran muerto –probablemente por suicidio-, y nada más porque se les hinchan los huevos se ponen a buscar la nota suicida.
Esta invasión a la privacidad de los cajones del muertito se vuelve para los dos amigos –A y B-, una odisea, unas vacaciones en el estómago de una ballena, una temporada de cuarenta días en el desierto, un viaje hacia la India, etc., donde se pondrán a prueba las nociones de amistad y de vida, dando como resultado que ambas cosas no sirven para nada.
De esto trata Nota sin título de Carlos Portillo, dirigida por Ricardo Bugarín de la compañía Gula Teatro. De eso y nada más.
Voy a dejar de lado al texto -porque no me interesó-, para concentrarme en la propuesta escénica, y principalmente en Bugarín pensado como director. Seguir leyendo