Ensayo

Ironía incompleta (El tercer Fausto)

El legado teatral de Salvador Novo es impreciso. Puede agradecérsele que haya montado por primera vez en México, en la década de los cincuenta, a los dramaturgos Samuel Beckett, Sergio Magaña y Emilio Carballido; y se le debe reprochar hechos de menor importancia para la historia del teatro mexicano, como la escritura de unas lecciones de actuación que ya nadie sigue, y su dramaturgia de difícil actualización en nuestros tiempos modernos.
Para encontrar algo de vigencia en su dramaturgia hay que explorar la antología Diálogos –cuasi obras de teatro o simples conversaciones ingeniosas– hasta dar con El tercer Fausto. Sólo esta cuasi obra, escrita en 1934, puede generar interés en la actualidad por su tratamiento de la homosexualidad. Seguir leyendo

Columna

Aquí nació a las mañas…

Se dice que en la av. Hidalgo, entre las calles Ramón Corona y Leona Vicario, colonia Centro de Torreón, Coah., estuvo la casa donde Salvador Novo vivió parte de su infancia. Asimismo, se dice que en esa casa se puso una placa de bronce que decía “aquí nació a las letras Salvador Novo”. La raza, que a nadie perdona, aprovechó el texto de la placa para difundir, de boca en boca, una parodia que decía “aquí nació a las mañas Salvador Novo”, con la firme intención de manifestar las preferencias sexuales del poeta en mención.

Esto es lo más que puedo abonar al tan conocido carácter homosexual de la reina de Los Contemporáneos, cuya joya de la corona fue, según los enterados del chisme literario, haberse dado a Federico García Lorca. Seguir leyendo

Columna

DE MONSTRUOS Y OTRAS MADRES

Nuevamente quiero destacar la propuesta escénica de Casa Aquelarre: tres salas para tres obras que pueden verse en orden aleatorio o lineal, donde se proponen dramas íntimos, mayormente a través de monólogos, y en recientes fechas con una preocupación temática.

Muestra de ello fue la producción del ciclo “Colores de infancia”, comentada ya por Luis Carlos García Lozano en esta revista; y la más reciente producción llamada “De mamis y otros monstruos” –que se presentó durante mayo y principios de junio de este año- compuesta por dos obras cortas de Brenda Vargas, Duerme, pequeño, duerme y Valor; y Los hijos de Esperanza, unipersonal –odio esta palabra- de Elí Montemayor de la compañía Amargo Teatro.

Primero las damas. Brenda Vargas –la autora de Soliloquios de mujeres locas-, escribe y dirige el monólogo Duerme, pequeño, duerme –actuado por Valentina Saldívar-, en la que una joven mujer platica con su bebé sobre las clásicas inquietudes e ilusiones de una madre primeriza. En Valor es una madre –Elena Reyes-, la que habla y habla con su hijo travesti –Iván Torres- sobre conflictos generacionales, frustraciones, incomodidades, reclamos, fastidios, todo aquello que una madre puede recriminar a un hijo. Seguir leyendo