Columna

Teatro y turismo

Hoy quiero sorprender al mundo con la siguiente declaración: incluso entre los laguneros hay gente ingenua. Lo peor del caso es que hablan. Peor tantito, opinan sobre teatro. Peor se las platicaré, creen que hay una relación directa entre turismo y teatro.

Es muy fácil decir que la relación entre teatro y turismo es la misma que hay entre teatro y césped pero, para efectos de entretenimiento, analicemos la cuestión.

Hay personas que tienen en su mente la idea de que por hacer teatro la gente de otras latitudes vendrá a La Laguna, y en lugar de saludar a la familia, se gastarán hasta su último centavo en un boleto para entrar al Isauro Martínez. Seguir leyendo

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No dejen de invitarme…

En Gómez Palacio, Dgo. han habido tres foros culturales, uno por parte del Municipio y los otros dos por parte del Estado.

El primero se llamó “¿Cómo le hacemos?”, título que envidiaría yo cualquier día de la semana para nombrar cualquier cosa que pudiera escribir. El 28 de septiembre del 2016 fuimos convocados a un acto protocolario para luego pasar a los diferentes salones del Centro de Convenciones Francisco Zarco, que se encuentra al lado del Teatro Alberto M. Alvarado.

Hubo diferentes mesas de trabajo. Una para los artistas visuales, otra para los literarios, otra para los músicos, una más para los bailarines, faltaba mencionar una para los urbanos. Y así. Yo me metí a la mesa de trabajo para los teatreros. Coincidí con la Compañía Cometas, Trotamundos, Tolvanera, Héroes en Escena, y otros más sin compañía, como yo, pinche solo ahí, abandonado a mi triste suerte.

El moderador propuso una primera ronda de presentaciones: ¡Holi!, soy Ignacio Garibaldy y me gusta que me digan Nacho. Je sui mexican. Les vengo manejando la escritura dramática, les vengo escribiendo crónica, vivo en gomitoz, llegué caminando porque vivo aquí a la vuelta.

Seguimos con una ronda de intercambio de ideas para mejorar el trabajo en pos de la cultura gomezpalatinense.

Nunca falta alguien que riegue el tepache, o la cagotee, o que orine fuera de la taza del baño. En mi mesa, uno de los artistas que no sé de dónde venía ni por qué llegó tarde, entró para decir algo más o menos así “ustedes son el futuro del teatro, échenle ganas, sobre ustedes recae la responsabilidad”. Creo que le compuse el discurso. Es que me nubló el entendimiento el coraje de escuchar a alguien arengándome a hacer algo que él no puede. Píntele a la chingada, pensé… y dije que “todos, todos tenemos que chingarle”. Seguir leyendo

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Luz de gas

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Novedades

La puesta de la obra Luz de gas del dramaturgo inglés Patrick Hamilton, poco conocida en México y, por ende, en La Laguna, inicia el camino que tiene por recorrer para llegar a significarle algo al público lagunero.

Va de la mano de Enrique Esquivel, quien hacía ya bastante tiempo que no ejercía el oficio de director para los laguneros; además, se les unen Karina Carrasco, Alam Sarmiento y Jesús Aviña, figuras altamente reconocibles en nuestra escena por su presencia constante, pero que no habían actuado juntos.

Ellos, actores maduros pertenecientes a escuelas de formación teatral disímiles, en conjunto con un director cuya visión creativa rebasa ciertos estándares, logran una obra que privilegia el diálogo, la acción dramática, la ambientación, y una sólida construcción de los personajes.

La dirección –que da equilibrio a todos los esfuerzos-, se apoya en dos pilares muy firmes. El primero es el desempeño histriónico de Alam Sarmiento (Sr. Manningham) y de Jesús Aviña (Inspector Rough). Son actuaciones sobrias, cargadas de emoción, que respetan el campo emocional de sus personajes. La actuación de Karina Carrasco (Sra. Manningham) tiene dos sentidos a causa del todo de la obra. Es que su tema no es fácil de asir. ¿Es un thriller o es el trayecto de la heroína hacia su redención?
La historia se centra en que el Sr. Manningham quiere volver loca a su nueva esposa, Sra. Manningham, para buscar tranquilamente las joyas de la esposa anterior, a la que asesinó tiempo atrás. El inspector Rough le sigue la pista, y pone en alerta a la actual consorte. Su esfuerzo se centra no tanto en demostrar la culpabilidad del esposo, sino en convencer a la Sra. Manningham del engaño del que ha sido víctima. Seguir leyendo